¿Alguna vez te has sentido incomprendida o no escuchada en absoluto?

Seguramente que sí, porque la realidad es que solo unas pocas personas han aprendido a responder con empatía cuando alguien comparte cómo se siente, en particular sintiéndose mal, infeliz, frustrado, enojado, etc.

Mientras esperamos un abrazo, un cumplido, compasión o un "yo siento contigo", la reacción de la otra persona suele ser la de "no te entiendo", frustración, enfado, risas, sarcasmo, confrontación, etcétera.

Ejemplo típico en la vida de los padres:

Madre/padre le dice a su compañer@ "Estoy agotada/o de estar con los niños todo el día".
El padre/madre responde. "¡Yo también estoy cansado/a! ¿Por qué no vas a trabajar tu y yo me quedo yo en casa todo el día?

Lo que sucede a continuación es una interrupción de la comunicación, también conocida como discusión, silencio, lágrimas y frustración que acaban de cuadriplicarse por ambos lados.

¿Qué acaba de ocurrir?

Lo que sucedió es que A le estaba diciendo a B cómo se sentía. No decía, "trabajas menos que yo. No cuidas de los niños". Mira arriba de nuevo. A dijo, "Estoy agotada/o de estar con los niños todo el día". Sin embargo, lo que B escuchó fue "Llegas tarde a casa y no haces lo suficiente en la casa. Tu vida es mejor que la mía".

Lo que sentía A es "estoy cansada/o". Lo que sintió B es "estoy cansado/a".

En esta situación lo que A no necesita, es una comparación, una sugerencia, una opinión, un enojo, o una reacción. Lo que necesita es un abrazo y escuchar "lamento que te sientas así." Un, "yo siento contigo".

Cuando nos sentimos "atacados", nuestra defensa natural es devolver el ataque. Morder antes que nos muerdan, que es lo que hizo B en este ejemplo. Muy animalista.

Sin embargo, los seres humanos tenemos la capacidad de ir mucho más allá y por encima de eso. Tenemos la capacidad de EMPATÍA, que es la capacidad de sentir con una persona sin necesidad de comparar, juzgar y encontrar una solución. Simplemente sentarse con una persona en sus sentimientos vale mucho más que las palabras, especialmente las que duelen.

La empatía es algo que a la mayoría de nosotros no nos enseñaron. La mayoría de nosotros seguimos con los patrones de nuestros padres y nuestra cultura. Nos enseñaron de ser fuertes. Un@ niñ@ se cae y se le dice "no fue nada. Ya pasó". Si nos quejamos de lo duro que es ser estudiante, nos dicen "tu no sabes lo que es duro".  Si una generación se queja de que difícil es la vida, le dice la generación mayor que no saben lo que es vivir en una guerra y pasar hambre.   Si alguien se queja, nos quejamos aún más. Si alguien tiene dolor de cabeza, tenemos migraña. Es como una competición de quién está peor. ¿El resultado? Nos enseñan que es mejor callarse.

Pero en una relación sana no funciona así. Literalmente, porque toda la comunicación se romperá y si esto no se arregla, puede ponerse feo.

Cuando mostramos empatía hacia nuestros seres más queridos, como en este caso la persona que amamos, el mayor regalo que podemos hacerle a esa persona (y a nosotros mismos porque mola  tener valentía y madurez) es hacerla sentir segura. Que se siente segura/o de poder expresar sus sentimientos, salvo de sentirse comprendida/o y segura/o de sentirse cansada/o de cuidar a los niños.  Seguro sin ser juzgada.

Cuando A está hablando, es importante que B escuche lo que A no está diciendo. Pero eso también requiere habilidades. En vez de escuchar las palabras de A, (recuerda que B ya está en su estrategia de defensa, ataque, ataque, ataque), B estaba escuchando las palabras "no estás haciendo lo suficiente". Recordamos que B también está cansado y ahora la situación en que se encuentra se esta poniendo complicada. B está pensando en términos de YO, cuando en realidad se encuentra en un momento que le pertenece a A y solo A porque fue A la que abrió la conversación/compartió sus emociones. Si B quiere que se trate de B, B necesita encontrar su propio momento en otro momento.

Es realmente así de simple, pero tan difícil porque esto requiere que B deje a un lado todo su "cansancio" (que nadie discute que no lo tenga) y requiere que entendamos que no se trata de nosotros, si no de la otra persona. Tampoco se trata de defender nuestras acciones y tampoco de justificarnos, que son resultados de una defensa innecesaria y fuera de sitio.

De lo que si se trata, es que un ser querido pueda expresar sus sentimientos y que la otra persona se siente y sienta con ella/el. Nada mas es necesario.

¿Qué? Te sientes con él/ella y nada más?  Pero si yo también estoy cansado/a!".  Vale, pero volvemos al mismo, NO SE TRATA DE TI (en este momento).  Hacer ese cambio de "yo" hacia la otra persona requiere la habilidad de poder hacerlo. En este caso, la empatía forma parte de la INTELIGENCIA emocional que todos humanos somos capaz de desarrollar.

La empatía es una competencia clave de la inteligencia emocional que se pone de manifiesto a la hora de comunicarnos y relacionarnos con los demás. ... La empatía es la capacidad de ver el mundo como la otra persona, para compartir y comprender sus sentimientos, necesidades, preocupaciones y estado emocional.

Me encanta el "ver el mundo como la otra persona", o sea SU  MUNDO, porque es ahí donde ocurre el cambio de YO a LA OTRA PERSONA.  Y también están las necesidades y preocupaciones del estado emocional de esta persona que tenemos que tener en cuanta,  porque cuando una persona comparte que esta agotada/o, es muy preocupante y necesita nuestra atención y amor.

Dicen que la comunicación es una de las cosas más importantes en una relación y no podría estar más de acuerdo, pero no nos enseñan cómo. Desarrollar tu inteligencia emocional y conciencia sobre tus propios comportamientos es imprescindible para una vida saludable contigo mismo y con los demás. Y es aquí donde la inteligencia emocional y coaching pueden ayudar.